Victoria estrena centro logístico y afronta el relevo generacional

Por:

Eva Gracia Morales

Publicado el
25 nov. 2019

Hace 20 años, un grupo de tres empresarios salvó de la desaparición a todo un icono del calzado español: la marca de zapatillas Victoria. Nacida en 1915 en Cervera del río Alhama (La Rioja) y pionera en procesos de fabricación y en diseños, vivió momentos de mucha popularidad, como los años 80, cuando se atrevió a diseñar (para hombre y mujer) su modelo inglés, algo así como la versión en lona de un clásico oxford, en una paleta de colores que iba del turquesa más brillante al amarillo más vitamínico.

Justo tras sus días de mayor gloria, la marca comenzó a vislumbrar su ocaso: la entrada en el mercado español de los competidores chinos, la diversificación del producto y la incapacidad de las fábricas de adaptarse a las nuevas demandas de los clientes causaron estragos en el seno de la empresa. Pero en Victoria nunca llegó a ponerse el sol.

En ese grupo de empresarios artífices del rescate de Victoria se encontraba Liborio Sevilla, hoy CEO de Calzados Nuevo Milenio, la compañía riojana que agrupa a las marcas Victoria y Bamba y que se fundó hace ahora dos décadas. Desde finales de los 90 hasta hoy, el equipo inicial ha pasado a ser uno de 55 personas, y Victoria ha dado el salto al mercado internacional: cuenta actualmente con presencia en 54 países. En este tiempo, la marca ha vivido nuevas épocas de esplendor (entre los años 2008 y 2010 su modelo más clásico fue una tendencia muy popular entre los más jóvenes) y ha diversificado su catálogo para que sus ventas no dependan de una pequeña selección de modelos.

Con estos hitos a la espalda, Liborio Sevilla prepara su marcha de la empresa. “Ya estoy llegando al final de mi etapa laboral”, explica a FashionNetwork.com en un encuentro en La Rioja. ¿Hay relevo generacional para la marca? “Una de las preocupaciones era dar continuidad al proyecto Victoria y Javier Garrido se ha incorporado hace algo más de año y medio”, apunta Sevilla, en referencia al actual director general de la empresa y su sucesor en el liderazgo de la compañía. “Tenemos puestas en él todas las esperanzas de la marca. Javier lleva 20 años en el calzado, pertenece a la tercera generación de una familia de zapateros en La Rioja, tiene una enorme experiencia en proyectos propios… es una apuesta segura”, destaca.

La transición de un CEO a otro está siendo paulatina y, si bien no tiene una fecha final concreta, “el relevo total llegará muy pronto”, indica Sevilla. “El proceso de transmisión de conocimientos y del ADN de la marca ya está hecho. Si no hubiera coincidido con la construcción de las nuevas instalaciones, ya habría culminado. Ha sido un año frenético”, subraya el cofundador de Calzados Nuevo Milenio.

Un nuevo centro logístico para los días que vendrán

Liborio Sevilla saldrá de Victoria habiendo inaugurado la nueva “joya de la corona” de la compañía, como la llaman sus trabajadores. La firma puso en marcha hace apenas dos meses un centro logístico de más de 7500 metros cuadrados de almacén y 1800 metros cuadrados de oficinas construido bajo el estándar passivhaus, que minimiza las pérdidas energéticas.

Situado en el término municipal de Arnedo, aunque próximo a Calahorra, el complejo cuenta con una capacidad de almacenaje total de un millón de pares de zapatos, y se divide en un almacén convencional y un "multishuttle" donde se pueden acumular hasta 375 000 pares. La tecnología es una pieza clave en este nuevo espacio: 34 robots gestionan de forma automática la preparación de los pedidos. Pero la intervención humana no desaparece. Si bien son los robots los que preparan los paquetes en una primera fase, los operarios comprueban y terminan de darles forma. 

En este centro, que ha contado con una inversión de 9 millones de euros, Victoria centraliza toda su logística: desde aquí envían los pedidos de e-commerce, pero también de wholesale nacional e internacional. 

“El retail, actualmente, pasa por hacer pedidos más pequeños y más urgentes. Se espera a la ruptura de stock para hacer la reposición, y es ahí donde creemos que nuestra inversión en logística tiene sentido. Queremos estar preparados para poder reponer a tantas tiendas como sea necesario en el menor plazo de tiempo posible. El futuro quizá no tenga más pares de zapatos, pero sí más pedidos”, analiza Javier Garrido.

La producción de un clásico en serie

Lo que no cambia en Victoria son los procesos de fabricación de sus modelos, al menos, de su clásica zapatilla inglesa. La firma, que elabora el 86 % de su producción en España (el resto, en China), tiene La Rioja como principal centro de fabricación: el 70 % de los pares manufacturados en España se producen ahí, en las cinco fábricas con las que la marca trabaja actualmente. El resto de su producción española se concentra en Alicante.

En el municipio de Quel, próximo a Arnedo, el modelo inglés de Victoria se fabrica con maquinaria con más de 50 años y siguiendo un proceso pulido al milímetro. Primero, el cuerpo de algodón se une a la suela en una fase de vulcanizado: a más de 120 grados, en unas prensas neumáticas e hidráulicas y durante más de 10 minutos. Después, la zapatilla se pule, se eliminan los restos de caucho de la suela, se limpia y se prepara en cajas para su distribución.

De una fábrica como esta, pueden salir al día entre 1500 y 2000 pares en temporada alta (a partir de diciembre, tiempo de fabricación de la colección estival); en temporada baja, entre 200 y 300 pares.

La internacionalización, clave en el futuro de Victoria

Entre los múltiples retos que Victoria se plantea para su futuro, la internacionalización se posiciona como uno de los principales. La marca salió al mercado exterior entre los años 2006-2008 y, en poco más de una década, ha llevado sus productos a 54 países y exporta el 75 % de su producción. 

“Es poco tiempo en términos absolutos, pero si miramos la historia de Calzados Nuevo Milenio, es mucho tiempo”, matiza Liborio Sevilla. De esos 54 países, Francia se posiciona como el segundo mercado más importante para la marca, por detrás de España. “Y, algunas temporadas, incluso le adelanta, son dos mercados con una importancia similar en nuestras ventas”, apunta Sevilla. Otro de sus mercados fuertes es Corea: en Seúl cuenta con una de sus tres tiendas; las otras están en Bangkok y Salamanca.

¿Qué queda por hacer en el mercado internacional cuando estás en más de medio centenar de países, incluyendo rarezas para unas zapatillas de lona como Groenlandia o Islandia? “El reto es profundizar en muchos mercados. Nos queda tener una presencia mayor, un mayor calado. Francia es un ejemplo de mercado consolidado: con más de 1000 puntos de venta y una red estable de agentes comerciales”, destaca el directivo.

El actual CEO de la empresa señala, como principales regiones objetivo: Estados Unidos, donde la compañía inició su estrategia hace algo más de un año, el área de Oriente Medio, China, donde está presente, por ejemplo, en Tmall, Rusia o Canadá, países donde la marca entró recientemente.

“Latinoamérica también tiene mucho potencial. Nuestros mercados fuertes ahí son México, Perú, Colombia y Chile. Estamos muy bien posicionados, con Falabella o El Palacio de Hierro, pero nos faltan ventas”, apunta el director general, Javier Garrido.

En el conjunto del mundo, Victoria cuenta con más de 3000 clientes (muchos de ellos, cadenas, por lo que su red de puntos de venta es aún mayor), de los cuales más de 1100 se sitúan en España. Junto al mercado internacional, el mercado online es otra de las áreas en las Victoria que aún no ha tocado techo: actualmente, la distribución por esta vía supone el 12 % de sus ventas, incluyendo su propio e-commerce y plataformas como Amazon. 

Con este telón de fondo, Calzados Nuevo Milenio espera facturar, con sus marcas Victoria y Bamba, un total de 32 millones de euros en este ejercicio, una cifra similar a la de 2018. Y, pese a los lanzamientos de tendencia y las nuevas líneas de corte sostenible que la marca ha incorporado en las últimas temporadas, su “top 1” en ventas es su zapatilla inglesa, original de los años 50. Los clásicos nunca mueren.