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Trussardi, que está afrontando dificultades, inicia su reestructuración
Trussardi lucha por remontar el vuelo. Adquirida en 2019 por la gestora transalpina QuattroR con una participación del 60 %, la casa italiana posicionada en el lujo accesible ha sufrido un empeoramiento de su situación en las últimas semanas. Fuertemente endeudada, ha tenido que recurrir al equivalente italiano de un proceso de salvaguardia francés (concurso de acreedores), según nos cuenta una fuente cercana al caso.
Este procedimiento denominado de "recomposición de crisis", introducido recientemente en la legislación italiana, permite a las empresas en crisis preservar su capacidad operativa, recurriendo a un experto externo para reorganizar la empresa y negociar un reescalonamiento de la deuda con los acreedores. Según fuentes del mercado, el endeudamiento de la marca está estimado en más de 50 millones de euros.
La consultora 3X Capital, con sede en Bérgamo, ha sido la encargada de ayudar a Trussardi. Sus expertos están gestionando la marca actualmente, mientras que la junta directiva y el CEO, Sébastien Suhl, han dimitido. Se ha despedido a empleados y es posible que se cierren varias tiendas. El objetivo es racionalizar y reorganizar la empresa para que recupere su rentabilidad, aunque sea reduciendo su facturación.
Según nuestras informaciones, la dirección artística sigue en marcha. Pero es posible que tenga que revisar su proceso creativo. Nombrados en 2021, el dúo Serhat Isik y Benjamin A. Huseby, que están detrás de la marca independiente berlinesa GmbH, han rejuvenecido la imagen de Trussardi y creado cierta visibilidad en torno a la casa, sobre todo durante sus dos primeros desfiles de Milán, en febrero y septiembre de 2022. Esta temporada, la marca no desfiló en la pasarela, sino que se limitó a realizar una presentación.
El pasado noviembre, Trussardi reabrió su sede en el centro de Milán, junto a la famosa ópera La Scala. El imponente edificio de siete plantas y 2500 metros cuadrados, que alberga la sede y el showroom de la marca, así como su flagship, un restaurante y una cafetería, ha sido completamente renovado.
En dificultades desde hace varios años, la histórica casa de prêt-à-porter fundada en 1911 por la familia Trussardi fue adquirida por QuattroR justo antes de la pandemia. Pero nunca ha conseguido recuperarse. Los recientes problemas logísticos de distribución y producción no han hecho más que agravar una situación ya precaria, sobre todo en un contexto de competencia creciente, que se ha agudizado con la actual coyuntura económica (inflación, crisis energética, guerra, etc.). Ni la casa ni el propietario del fondo desean pronunciarse.
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