Trabajadores turcos esconden mensajes en la ropa de Zara

Por:

Matthieu Guinebault

Traducido por
Hernandez Sebastian

Publicado el
7 nov. 2017

“No me han pagado”, es lo que han revelado los obreros textiles turcos de la fábrica Bravo Tekstil a los clientes de Zara por medio de notas escondidas en los productos de la marca española de una de las tiendas en Estambul.

La noticia recuerda las notas encontradas en ropa de Primark en 2014, con mensajes que denunciaban las horas extra forzadas sin remuneración. No obstante, estas resultaron ser falsas, según denunció la marca tras una investigación.
 
En cambio, el caso de Zara es muy real. El diario Liberation ha logrado encontrar a la empresa en cuestión, Bravo Tekstil, que también está subcontratada por Mango y Next, pero que cerró sus puertas de la noche a la mañana en julio de 2016. El director habría desaparecido con los fondos, dejando en vilo a 140 empleados que no recibieron su salario durante 3 meses. Las herramientas de producción habrían sido embargadas por los acreedores.

Inditex, empresa matriz de Zara, habría confirmado la historia a Fast Company en una declaración escrita: “Inditex ha cumplido todas sus obligaciones contractuales con Bravo Tekstil”, según la empresa española. Por su parte, los empleados se sienten engañados y buscan suscitar un debate sobre la responsabilidad de las grandes marcas para con sus obreros.
 
“Al igual que otras grandes marcas internacionales, Zara ha firmado un acuerdo restrictivo que garantizaba las condiciones laborales de los empleados de sus subcontratas”, según explicó a Liberation Asalettin Arslanoglu, presidente del sindicato Disk Tekstil. “En Europa esgrimen este acuerdo y proclaman que son una empresa responsable. Pero aquí (…), los pequeños jefes se ven desbordados por los pedidos de estos enormes grupos que quieren cada vez más productos de calidad a bajo coste. Esto, naturalmente, repercute en los empleados y sus condiciones laborales”.
 
Turquía, con el impulso de tener un acceso sin aranceles a la Unión Europea, fue en 2016 el tercer principal proveedor de ropa del Viejo Continente, con 9.500 millones de euros en prendas importadas, lo que representa un aumento del 1%, según recogen las cifras del Institut Français de la Mode (IFM).