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Traducido por
Ana Ibáñez
Publicado el
25 feb. 2021
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La crisis redefine el origen, el ritmo y el volumen del abastecimiento

Traducido por
Ana Ibáñez
Publicado el
25 feb. 2021

Reducción de pedidos de ropa a largo plazo, aceleración del aprovisionamiento en Euromed, caída del volumen solicitado... La cátedra del Instituto Francés de la Moda y del organizador del salón Première Vision traza un escenario de los cambios que la crisis sanitaria va a provocar o impulsar en el mapa mundial del abastecimiento de moda.


Shutterstock


Las cifras provisionales de la UE muestran una contracción del 12,3 % en valor y del 15,6 % en volumen de las importaciones de ropa de la UE en 2020, hasta situarse en los 77 200 millones de euros.  Este descenso afecta tanto a Asia (-12 %) como a los países mediterráneos (-12,9 %). A nivel mundial, la cuota de exportaciones de ropa en China ha ido en constante descenso desde 2015, pasando del 39 al 31 %. Una tendencia que podría invertirse en 2020.  De hecho, el instituto señala que, si bien las importaciones procedentes de China sufrieron una contracción a principios de año, a las puertas de Europa, a partir de abril recuperaron rápidamente el impulso, limitando la contracción anual al 6 %.

"En contra de lo que algunos pensaban, la cuota de China en las importaciones europeas va a aumentar", se indicó.

El abastecimiento de proximidad mostró su primera bajada en 2020, ya que los sucesivos cierres de tiendas en toda Europa dejaron en suspenso los pedidos de reposición y novedades.  Marruecos sufrió una caída del 23,5 % en sus exportaciones a Europa, mientras que Túnez retrocedió un 16,8 %. Turquía, tercer proveedor de la UE por detrás de China y Bangladesh, limitó su caída al 8,7 %. Sin embargo, paradójicamente, estos países se beneficiarán de las consecuencias de la crisis en las próximas temporadas, según señala el IFM.

"Los distribuidores con los que hemos hablado nos explican que el año pasado sufrieron mucho por los retrasos de las entregas procedentes de Asia", declaró Gildas Minvielle, director del Observatorio Económico del Instituto, a FashionNetwork.com.

"La conclusión que sacan es que quieren ser más ágiles, responder mejor a los cambios de demanda y reducir el 'time-to-market' (tiempo de llegada a mercado).  Así que consideramos que hay un gran interés por el abastecimiento local", agregó.


Evolución de los países de origen



El pasado mes de diciembre se consultó a marcas y minoristas, y un 51 % afirmó que quería reducir los pedidos realizados a China, frente a un 37 % en 2019, mientras que el 41 % quería mantenerlos. La tendencia es similar en Bangladesh, donde el 39 % de los grandes clientes quiere reducir los pedidos, frente al 57 % que quiere mantenerlos estables. En Vietnam, la tendencia es menos marcada, ya que el 22 % de los encuestados desea reducir los pedidos, mientras que el 21 % quiere dejarlos como están.

"Podemos percibir claramente en estas cifras las cuestiones que ha planteado la crisis", afirmó Gildas Minvielle.


Chaire IFM - Première Vision


La tendencia es inversa del lado del abastecimiento de proximidad, donde las intenciones de abastecimiento se fortalecen en comparación con la encuesta realizada a finales de 2019.  Así, el 46 % de los encuestados quiere reforzar los pedidos a Marruecos, y el 28 % quiere potenciar los pedidos a Túnez.  Por otro lado, el 40 % de los distribuidores indican que quieren aumentar los pedidos a Turquía.  De esta forma, los países más perjudicados en 2020 serían los principales beneficiarios de las nuevas aspiraciones de abastecimiento de las marcas.

Un efecto del que también se beneficiaría el Made in Europe. Entre las empresas que ya recurren a los fabricantes portugueses, nada menos que el 40 % indica que les gustaría potenciar sus pedidos en ese país. El Made in France también se beneficiaría en gran medida de esta tendencia, ya que el 40 % de las empresas tiene la intención de aumentar los pedidos, frente a solo un 3 % de los socios que esperan que se realicen menos pedidos allí.


Pedidos a medio plazo, ¿el nuevo modelo de preferencia?



Esta redistribución geográfica de los pedidos debería ir acompañada de una aceleración de otro fenómeno ya observado, la disminución de los pedidos a largo plazo. Estos pedidos realizados con más de seis meses de antelación a la temporada sumaron el 47 % de los pedidos en 2019, y solo el 40 % en 2020. De aquí a 2021, nada menos que el 29 % de las empresas tienen la intención de reducir estos suministros a largo plazo.


Chaire IFM - Première Vision


Llevados a cabo en temporadas altas, para reponer y actualizar colecciones, los pedidos a corto plazo representaron el 18 % de los pedidos en 2019 y el 16 % en 2020. Nada menos que el 46 % de los distribuidores tiene la intención de reforzar este aspecto del abastecimiento (frente al 36 % del año anterior), mientras que el 53 % pretende mantener estos pedidos en 2021. Una capacidad de suministro segura en un contexto de consumo que aún puede cambiar en cualquier momento en el mercado europeo.

 A largo plazo, sin embargo, es probable que la tendencia de abastecimiento a mediano plazo se convierta en el modelo preferido tras la crisis. Ya entre 2019 y 2020, la cuota de pedidos a medio plazo pasó del 35 al 44 %.  Se espera que estos pedidos, realizados en los seis meses anteriores al lanzamiento de una temporada, los sigan realizando el 60 % de los compradores, mientras que el 17 % tiene incluso la intención de aumentarlos.

"Este abastecimiento a medio plazo se impone tanto en pedidos a largo como a corto plazo", señaló el director del Observatorio Económico. 

"Esto no solo beneficia a los países más lejanos, ya que muchos actores de Euromed nos dicen abiertamente que también se benefician de este tipo de pedidos. La crisis ha acelerado sin duda este anhelo de una mayor capacidad de respuesta que permite el medio y el corto plazo", agregó.


Cantidades reducidas y más responsabilidad



La crisis también ha acelerado otra tendencia ya importante en los suministros: la reducción del volumen de mercancías. En 2019, el 26 % de los clientes seguía aumentando el volumen de sus pedidos. En 2020, esta cifra se redujo al 5 %. Por el contrario, la cuota de distribuidores que redujo el volumen pasó del 37 al 64 % en un año. Una cifra muy lejana al 10 % detectado en el mismo estudio en 2017. 

"Un enfoque que nos permite estar más en sintonía con las fluctuaciones del consumo, pero que también responde a la preocupación por la ecorresponsabilidad", argumentó Gildas Minvielle.

"También permite proteger los márgenes evitando grandes stocks y evitar el despilfarro de recursos", detalló.


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Más allá de la RSC y del pragmatismo presupuestario, es evidente que la crisis ha tenido algo que ver.  Preguntados por las principales repercusiones del coronavirus en sus negocios, el 67,3 % de los encuestados menciona una "caída drástica de los pedidos para el otoño-invierno 2020-2021".  Los distribuidores mencionan únicamente la inversión en la venta electrónica (89,8 %). Le siguen el aumento del abastecimiento de proximidad (36,7 %), la reorientación de pedidos a otros países (28,6 %), el cierre definitivo de puntos de venta (28,6 %), los despidos (16,3 %) y, por último, el mayor uso de subcontrataciones en el proceso de abastecimiento (10,2 %).

Cuando se les pregunta por los escollos sociales decisivos en sus decisiones de abastecimiento, los distribuidores hacen alusión al trabajo infantil (96 %) y el trabajo forzado (74 %) como prioridades, además de los riesgos para la salud, la discriminación, los salarios insuficientes e incluso el incumplimiento de los salarios mínimos legales.  En cuanto a los riesgos medioambientales, a las marcas les preocupa sobre todo el uso de productos peligrosos para la piel y el medio ambiente (93 %) y el consumo de agua (37 %), así como la optimización de la cadena de suministro y las emisiones de CO2.

En cuanto a las acciones responsables llevadas a cabo en 2020 con respecto a la elección de materiales, el 49 % de los encuestados indicó que había utilizado materiales sostenibles etiquetados y el 42 % había recurrido a materiales reciclados.  Además, el 22 % indicó que había reforzado la trazabilidad de su producción, y el 16 % había dejado de utilizar materiales controvertidos como las pieles finas, el mohair o la angora. El 18 % restante indicó que no había emprendido ninguna acción específica en este ámbito en 2020.
 

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