El uso de tóxicos en la producción textil se reduce pero el problema sigue abierto

Por:

Matthieu Guinebault

Traducido por
Natalia Carrazon

Publicado el
16 jul. 2018

Siete años después de haber lanzado su campaña Detox para denunciar el empleo de productos tóxicos por la industria de la moda, Greenpeace ha recibido el compromiso de 80 compañías, entre las que hay 29 marcas, que representan el 15% de la producción textil mundial. La ONG se alegra por el trabajo hecho por Adidas, Nike, H&M, Inditex, Mango y otras, también hace un llamamiento a una movilización aún más masiva.

Además de la creación de una lista negra de productos utilizados en los procesos de producción, las marcas inscritas a la carta se Greenpeace han tenido que enfrentarse a la realidad de sus proveedores, donde a menudo se pierden los compromisos sociales y medioambientales de los primeros.

“Confrontando la realidad de las prácticas insuficientes de gestión de sustancias químicas en el terreno, las marcas han tenido que reforzar los medios humanos y materiales necesarios, a menudo partiendo de cero, y poniendo en marcha formaciones y asistencia técnica. Actualmente, las marcas más transparentes aportan la identidad de sus proveedores hasta tres niveles y algunos se han comprometido a incluir en un futuro próximo las etapas de producción de fibras textiles, al principio de la cadena de aprovisionamiento”, indica Greenpeace.

En este informe de etapas, Greenpeace señala que las introspecciones hechas por una parte de la filial han permitido valorizar el carácter no imprescindible de ciertos productos químicos, sobre todo cuando actualmente existen alternativas. Unas alternativas que en muchos casos están frenadas por los sobrecostes y la disponibilidad. Aunque esto no impide que el 72% de los firmantes declaren haber eliminado los perfluorados (PFC) de su producción.

“En un momento en el que la economía circular se impone como el nuevo mantra del sector, o al menos sobre el papel, las empresas firmantes de Detox están de acuerdo con nosotros: no existe circularidad posible sin pasar por la etapa eliminación de sustancias nocivas desde la concepción”, concluye Greenpeace.