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Ana Ibáñez
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15 ene. 2018
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La nueva industrialización de Prada

Traducido por
Ana Ibáñez
Publicado el
15 ene. 2018

Esta temporada, Prada ha cambiado la ubicación, el concepto y la atmósfera y, sinceramente, la ropa ha sido lo mejor de todo. 


Prada otoño 2018 - PixelFormula


El desfile se celebró en el almacén de Prada, el depósito de la famosa fundación de arte de la casa de moda; así que el decorado consistía en un montón de cajas de aglomerado y los modelos desfilaron sobre una pasarela metálica perforada.  

"Queríamos acentuar el elemento industrial de la cultura Prada", explica Miuccia Prada después de presentar una colección tan rigurosa que casi parecía estar hecha totalmente a máquina. La idea principal era utilizar el elemento clave de Prada, su exclusivo nailon de alta tecnología, creando nuevas proporciones y combinándolo con accesorios inesperados.

El resultado fueron trajes que se combinan con faldas cortas y túnicas acolchadas, abrigos de corte voluminoso de lana de cuadros o tela vaquera que se transforma misteriosamente en cuero al llegar a los puños y el dobladillo.
 
La casa pidió a "cuatro mentes creativas reconocidas" (en realidad seis, ya que dos de ellas son dúos, estamos hablando de Ronan y Erwan Bouroullec, Konstantin Grcic, Herzog & de Meuron y Rem Koolhaas) que crearan objetos únicos utilizando, como no podía ser de otra forma,  nailon negro. Es muy probable que Prada gane también el premio a la invitación más complicada: una elegante caja con una gran cantidad de información compuesta por bocetos, fotos, ensayos cortos y retratos de los diseñadores. 
 
Los objetos y las prendas de presentaron al mismo tiempo que los diseños en el almacén, un espacio nuevo que el CEO Patrizio Bertelli adquirió hace dos años al sur de Milán, cerca de la Fondazione Prada. 
 
“Aquí es donde guardamos nuestras obras de arte. En estas cajas", explica guiñando un ojo mientras señala las enormes cajas de conglomerado. Muchas de ellas, decoradas con logos nuevos, con tipografía de Prada inspirada en los años sesenta, recogida en varios bolsos y escudos durante el desfile. Miuccia también presentó abrigos con estampados maravillosos de sirenas, peces y pintalabios. 
 
“Fantaseamos con lo que podría haber en las cajas y lo trasladamos a la ropa" añade la Signora Prada, que colocó también fotos de los modelos en escudos en miniatura.
 
Los hermanos Bouroullec diseñaron un maletín algo predecible; Grcic propuso una bolsa de pesca "abstracta", una especie de homenaje al famoso chaleco de pesca de Joseph Beuys. Mi experiencia en pesca con mosca es suficiente para asegurar al lector que este artilugio no servirá de mucho en el lago Donegal. La pareja de arquitectos suizos Herzog & de Meuron imaginó una cosa extraña que bautizaron como "Languaga Restraint" (Restricción de lenguaje), un arnés voluminoso hecho de tela de nailon.  "El lenguaje ha perdido su poder revelador.  Ha perdido el poder de seducción", recogía la nota explicativa. 
 
En definitiva, un bienvenido cambio de dirección para Prada, aunque su vuelta al nailon negro parece no concordar con la atmósfera maximalista de la moda.
 

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