Ermenegildo Zegna, Alessandro Sartori revela su Jardín Secreto

Por:

Godfrey Deeny

Publicado el
18 jun. 2017

Ermenegildo Zegna trató sobre la despreocupada confianza en uno mismo, donde un elenco de jóvenes modelos desfilaron alrededor de un hermoso claustro dentro de la Universidad de Milán, recreando el rojoun atardecer del desierto.

Estorninos y golondrinas volaban alocadamente en el cielo, agitados por una docena de percusionistas que iniciaron el desfile a golpe de tambor desde el piso superior, en una teatral puesta en escena. La silueta arqueada del claustro y los colores polvorientos del ladrillo rojo fueron la inspiración del director creativo de Zegna, Alessandro Sartori.

"Fui a la escuela de diseño de Milán, no aquí. Pero me encantaba venir a este espacio. Era mi lugar preferido para dibujar. Todos los colores y líneas vienen de este jardín mágico. Es un lugar que amo", confesó.

El resultado fue una silueta clásica pero jugando con nuevas proporciones de un modo radical, al usar telas especiales en bombers extra grandes y largos abrigos.

"Se inflan cuando el joven camina. Eso es porque el tejido es de unos 100 gramos por metro en lino, algodón y seda. Pero cuando los modelos están parados, la ropa se convierte en una línea normal. Esa es la idea: transformación", sonrió el diseñador.

El desfile dio buena cuenta de cuánto ha marcado el estilo de Sartori en Zegna. Una firma que famosa por producir elegantes trajes de negocios, ha presentado una colección desprovista al completo de camisas y corbatas. Sartori ha desarrollado una asombrosa nueva línea, formada por ligeras jerkins que se ondulan con el paso de los modelos, tanto en cuero perforado como en seda a rayas. Sobre esto, un estilo bohemio con redingotes en denim desgastado.

Aunque su idea más dramática fueran blusones de piel, abrigos y bolsos en un estampado de agrietado mármol, Sartori también mostró espléndidas blazers sueltas en color blanco,  pantalones de seda a la cintura y batas arrugadas de cirujano. El ambiente, de sofisticación nómada, resumió a la perfección el clima de aventura y apertura de Milán, en el que Italia parece finalmente estar saliendo de una crisis económica de ocho años.