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Ana Ibáñez
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16 ene. 2018
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El hombre se quita, definitivamente, la chaqueta en Milán

Traducido por
Ana Ibáñez
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16 ene. 2018

Si algún despistado se ha perdido alguna temporada y se sumerge de pronto en la Fashion Week milanesa, tendrá más de una pregunta que hacerse. En menos de dos años la moda masculina ha cambiado por completo, dejando atrás los estilismos clásicos y optando por un vestuario más deportivo y funcional. La semana de la moda masculina dedicada a las colecciones otoño/invierno 2018-19, que puso el broche final este lunes, ha desterrado definitivamente el traje al fondo del armario.


Esta temporada, Prada destaca las prendas exteriores con piezas muy funcionales - © PixelFormula


Tres grandes tendencias explican, en parte, este giro de 180 grados: el cambio de actitud de las nuevas generaciones, que no quieren vestirse como sus abuelos y apuestan por la comodidad; la carrera desenfrenada de las casas de moda por seducir a los millenials, para quienes la ropa ya no representa un signo exterior de riqueza; y, por último, la crisis que sigue sacudiendo el mercado y orientando el consumo hacia productos básicos del sportwear. Tal y como confirman varios actores del sector "lo que se vende en este momento son solo sudaderas, camisetas y zapatillas".

En este contexto, no es de extrañar que el traje formal haya desaparecido de las colecciones. De hecho, excepto por Ermenegildo Zegna y Pal Zileri, las grandes casas italianas de moda masculina han abandonado las pasarelas milanesas, de Corneliani a Canali, pasando por Brioni. Por ese motivo, la colección de ropa de abrigo de nailon propuesta por Miuccia Prada es un claro signo de la transformación en curso.

Milano Moda Uomo también se ha visto castigada por los profundos cambios que sufre la industria de la moda desde hace más de un año, entre deserciones, formatos nuevos a base de desfiles mixtos o virtuales, aplazamientos a la semana femenina y traslados a otras capitales de la moda. Tras haber perdido su tradicional martes de cierre la temporada pasada, el calendario de la semana milanesa se ha visto reducido a 30 desfiles frente a los 32 de junio y los 36 del año pasado.

"Es verdad que esta semana es un poco corta y muy intensa. Pero en tres días hemos conseguido ofrecer todo tipo de emociones brindando a las casas la posibilidad de elegir el tipo de presentación y espectáculo más apropiado para ellas. Esta libertad y esta diversidad reflejan mejor el mundo en el que vivimos", analiza el presidente de la Cámara de la moda transalpina (CNMI), Carlo Capasa.


Éxito rotundo de la presentación de Etro en Milán - FashionNetwork.com/DM


Más que los desfiles, han sido algunas presentaciones las que han conseguido dejar huella, como la de Etro, que transformó su espacio en el almacén de una casa de subastas, donde se mezclaban, entre cuadros y muebles antiguos, modelos, compradores, periodistas y el público que había sido invitado a este evento.

La fiesta de Rick Owens en el barrio del diseño de Via Ventura, que se prolongó toda la noche, también quedará en el recuerdo. Otra iniciativa original fue la des desfile que Dolce & Gabbana organizó en los grandes almacenes de la Rinascente, que fascinó al público en general. La marca puso toda la carne en el asador esta semana, tras haber organizado el día anterior su desfile tradicional y otro espectáculo exclusivo el mismo día.

Otro punto muy apreciado fueron las localizaciones inéditas elegidas por algunos modistos para sus desfiles, como la Universidad Bocconi en el caso de Ermenegildo Zegna o el almacén de la Fundación Prada. "Ser creativo hoy significa no hacer lo mismo que el resto. Muchas marcas lo han entendido, han modificado sus costumbres y han elegido nuevos escenarios para desfilar o nuevas formas de presentación, creando un halo de misterio en torno a sus desfiles", constata Beppe Angiolini, propietario de la boutique multimarca Sugar en Arezzo, Toscana.

En este juego, los jóvenes diseñadores han sabido salir bien parados, consiguiendo atraer un gran público a sus desfiles. "Es uno de los elementos que mas destacan esta temporada. Los desfiles de los jóvenes, que solían ser ignorados por periodistas y compradores, han tenido una afluencia increíble y han mejorado muchísimo en calidad", subraya Carlo Capasa.


El desfile de la joven marca Sunnei fue todo un éxito. - © PixelFormula


Con su desfile espectáculo basado en el cuento de Blancanieves y el reparto de manzanas rojas caramelizadas, la marca GCDS logró abarrotar la sala del viejo cine-teatro Manzoni. Lo mismo ocurrió con el desfile de Sunnei, que consiguió sacar del centro de la ciudad a los redactores de moda de las revistas más importantes y llevarlos hasta el almacén-exposición de la galería milanesa de diseño Nilufar.

Gran éxito también para el desfile de Palm Angels, donde el público se amontonaba de pie en un sótano. La mayoría de las nuevas marcas, muy ligadas al mundo musical, hicieron también pleno con sus fiestas posdesfile, dando a Milán energías renovadas.

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